sábado, 4 de septiembre de 2010

Es el momento de la rehabilitación




Según el científico británico Stephen Hawking: “Dios no fue necesario para crear el mundo”. Y es que según sus últimas investigaciones y teorías, se puede llegar a demostrar que el universo pudo haberse creado por sí mismo debido a las leyes de la física. Si se llegan a afirmar, la religión en general se encontraría en un auténtico problema, pues ya no tendrían clavo al que aferrarse para justificar su existencia. Además, el ser humano despertaría de ese sueño profundo en el que se encuentra debido a ese “veneno santo”.

Ya en primavera, dos científicos americanos habían afirmado en su libro God’s brain, que la religión tenía un efecto balsámico en el cerebro. Esto se debe a que se liberan una serie de neurotransmisores que dan paz y tranquilidad al cerebro. Por tanto, como ya se había afirmado anteriormente, la religión no es más que el opio del pueblo. Así que la Iglesia no sería más que un cartel de droga que nos suministra paz y tranquilidad, a cambio pasar por una serie de sacrificios, tanto físicos como morales.

La religión poco a poco, y más en concreto el cristianismo, están en una auténtica crisis. Cada día el número de creyentes es menor y solo se habla de ellos por escándalos sexuales o porque algún miembro demuestra con sus comentarios que la Iglesia está anquilosada en el pasado.

Paulatinamente, la ciencia le está ganando la partida a la religión por mucho que les cueste asumirlo. La teoría de la evolución echó por tierra la creación del mundo en solo una semana. Ahora puede llegar a demostrarse que ni siquiera el universo necesitó de una mano divina. Lo único en lo que se puede estar de acuerdo con ellos es que se puede llevar una vida más tranquila y placentera si eres religioso. Lo malo es que como toda droga, puede ser perjudicial. Porque, ¿cómo habría sido la historia, si no hubiera existido la religión?

No habrían tenido lugar numerosas guerras “santas”, la riqueza se encontraría repartida de una manera más equitativa, no se sufriría tanto por el VIH pues la Iglesia no pondría sus trabas al uso del preservativo, se habría profundizado en los estudios científicos que numerosos religiosos consideran inmorales, numerosos intelectuales no habrían sido ejecutados por contradecir las Santas Escrituras… Seguramente, nuestra vida sería mucho mejor y más cómoda si las drogas religiosas no nos hubieran metido en un viaje lleno de alucinaciones y demás mentiras.

Si los adictos a las drogas mejoran sus vidas después de dejarlas, yo creo que ya es hora de empezar la rehabilitación.