sábado, 27 de marzo de 2010

Highway to Hell




El otro día estuve mirando mis apuntes de historia de hace unos años, en concreto los relacionados con la España de los siglos XV en adelante. Por aquellos años, la Iglesia se encontraba en el poder y toda ley, batalla o viaje que se quisiera realizar tendría que ser aprobado por ellos. Esto no solo ocurría aquí, sino en gran parte de la Europa.

Más tarde, surgieron los movimientos reformistas, el erasmismo y el luteranismo. La Iglesia se vio en la necesidad de combatirlos, ya que eran vistos como una plaga. Se celebró la Contrarreforma para paliarlos y, al igual que la vacuna contra gripe A empezó a surgir efecto. Pero el virus debió mutar o quizás la vacuna no era eficiente porque derivó en numerosas guerras. Pero digamos que la Iglesia se vio en la necesidad de renovarse.

Hoy en día, por todos es sabido que la Iglesia no está pasando por su mejor momento. Con el paso de los años, cada vez hay menos gente católica ya sea porque son ateos, se ven atraídos por otras religiones o fundan su propia secta. Hace unos años, allá por el mes de marzo del 2008, el actual Papa Benedicto XVI, vio que la Iglesia debía actualizarse y luchar contra los peligros que la atacaban, al igual que se había hecho en los años de la Contrarreforma. Una de sus medidas fue ampliar los 10 mandamientos.

Por tanto, ahora la Iglesia tendría los 10 mandamientos que ya todos sabemos, aunque no se sea cristiano:

1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2. No tomarás el nombre de Dios en vano.
3. Santificarás las fiestas.
4. Honrarás a tu padre y a tu madre.
5. No matarás.
6. No cometerás actos impuros.
7. No robarás.
8. No dirás falso testimonio ni mentiras.
9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10. No codiciarás los bienes ajenos.

Más los añadidos por el Papa y que infringirlos conllevaría ser una oveja descarriada:

11. No consumirás drogas
12. No acumularás excesivas riquezas
13. No dañarás el medio ambiente
14. No realizarás experimentos genéticos dudosos

Con estos mandamientos, la gente que quisiera ser un buen cristiano e ir al “cielo”, debería cumplirlos al pie de la letra. Pero, si uno se para a razonar sobre ellos, la Iglesia, incluido Benedicto a la cabeza, nos darían la bienvenida al infierno.

Aunque estos mandamientos, es cierto que atacan a la ciencia y a aquellas personas que solo buscan el bienestar económico sobre todas las cosas, como la familia Bush, también atacan a la propia Iglesia. Esto se debe a que posee gran parte del oro que se encuentra en el mundo. Ya sea en Iglesias, estatuas… Es más, la Ciudad del Vaticano, ese “país” que tiene la extensión de un barrio, es uno de los más ricos del mundo. Por tanto, este mandamiento sería como tirar piedras contra su propio tejado. ¿Y estas riquezas no son vistas como excesivas, siendo solamente meras ornamentaciones? ¿No sería mejor repartirlas entre los más desfavorecidos en vez de atarse a una religión que no los va a sacar de las penurias simplemente rezando?

En cuanto a los antiguos mandamientos, los 1, 6, 8 y 9, son infringidos por la Iglesia continuamente, con un acto que, por desgracia, esta de actualidad casi todas las semanas: la pederastia. Hace poco salió que el mismísimo Benedicto, había ocultado, doscientos casos de abusos a menores en Estados Unidos. Eso no es lo que se dice, amar a Dios por encima de todas las cosas, además de ser actos impurísimos.

En los años anteriores a la Contrarreforma, esto no ocurría muy a menudo. Ello se debía a que los curas, podían tener su propia familia y sus hijos. Pero con la llegada de la Contrarreforma, esto se prohibió, pues debían dedicar su vida entera a Dios. Todo fuera para evitar la proliferación de los movimientos protestantes.

Actualmente, tenemos a curas y sacerdotes saciendo su apetito sexual con los pobres niños que hay a su alrededor, simplemente, porque la Iglesia, en un tiempo atrás quiso luchar contra unos movimientos que simplemente, querían actualizar a una Iglesia, que todavía hoy en día sigue anticuada. Así que, ellos mismos han creado a la polilla demoníaca que está carcomiendo la Iglesia.

En definitiva, que si la Iglesia quiere un consejo yo se lo daré: vayan a la tienda de discos más cercana, y se compren el disco “Highway to Hell” de AC/DC, pues les amenizará el viaje de camino al infierno.

martes, 16 de marzo de 2010

La guardería "Pequeños Políticos"



Hace poco descubrí que habían abierto una pequeña guardería cerca del ayuntamiento, al lado de una tienda de chuches. La verdad, yo nunca fui a una guardería de pequeño, es más, las pocas enseñanzas que puede recibir uno a esas edades hasta comenzar párvulos, las recibí en mi ambiente casero. Entonces, lleno de curiosidad, me puse a investigar sobre esta guardería, su funcionamiento y la educación en general.

“Pequeños Políticos” buen nombre para una guardería pues si vemos que un lugar donde vamos a llevar a nuestros hijos se llama así, es que nuestros hijos van a ser enseñados con sabiduría, prudencia y, sobre todo, talante, palabra que tanto gusta. Aunque se viera como un buen augurio un nombre tal sobre una guardería, ya había sobre alguna que otra letra varios excrementos de ave.

Entré con la excusa de estudiar una asignatura de carácter administrativo y la responsable de la guardería accedió de muy buena gana a enseñarme como funcionaba aquella “pequeña Atenas” como ella la llamaba.

Recalcó numerosas veces los valores en los que se apoyaban para educar a los pequeños: respeto y tolerancia… Una de las primeras preguntas que realicé fue: ¿por qué ese nombre para la guardería? María Dolores, como se llamaba la directora del centro, me dijo que sus chicos salían tan bien educados que muchos de ellos llegarían a las altas cimas de la política, aunque más tarde me dijo que, a pesar de haber regentado ya varias guarderías, ninguno de sus chicos había hecho algo relacionado con la política, aunque destacó a forma de anécdota que muchos habían llegado a periodistas del corazón ¿Casi lo mismo no? Me preguntó irónicamente.

Me enseñó las instalaciones y para mi sorpresa, dado a que me esperaba un ambiente distinto en una guardería donde se prometía tanto, reinaba la anarquía. Por un lado, el llanto era el sonido ambiente. A la mínima acción o movimiento que realizaras, empezabas a oír un sonido agudo y molesto, como si hubieras pisado una mina. Aunque el sonido fuera el mismo, lloraban por motivos diferentes: porque a un bebé otro le había quitado un juguete, porque uno había hecho algo que no gustaba a otro y lloraba para que se le castigara por ello…

Dolores, tras ver la cara que se me había quedado tras ver semejante panorama, salió al paso diciendo que trabajaban conjuntamente con el colegio que había a pocos metros de la guardería y donde se completaba la enseñanza infantil. Por tanto, nos trasladamos allí.

Nada más llegar, ella volvió a destacar por enésima vez los valores y demás, con tal de que yo cambiara mi idea sobre la guardería. Después de enseñarme las instalaciones de preescolar, le dije que quería descansar media hora, coincidiendo con el recreo del colegio. Y, después de pasar un tiempo allí, descubrí que había salido de la sartén para caer en las brasas. Cuando en la guardería solamente se oía un llanto continuo, allí aunque los motivos de queja eran semejantes, se le añadió letra al sonido ambiente: “Hijo de puta”, “¿Por qué no te callas”, subnormal?.... Y estas palabras y muchas más surgían en acalorados debates en los que, normalmente, no se respetaban los unos a los otros y se hablaban a voces. En cuanto a los temas,se trataban temas banales, sin fundamento y por lo que escuchaba eran todo mentiras: que si tal hizo cual, que si pepito pegó a menganito o si Pascual hizo los mismo con tal... Nada tenía sentido dentro de aquella jauría.

Además, hasta había un saludo diferente entre ellos. Mientras nosotros nos saludamos dándonos la mano, con dos besos, o un abrazo, en aquel colegio era diferente: consistía en poner el brazo en ángulo de 90º, abrir la mano y doblar todos los dedos salvo el corazón.

Tras ver aquél espectáculo, le dije a Dolores que ya tenía suficiente para hacer el trabajo y me alejé rápidamente, sin esperar respuesta.

¿Tolerancia? ¿Respeto? ¿Talante? Todo mera fachada. Suerte que mis padres no me llevaron a ninguna guardería.

Y gracias a dios que los políticos que controlan el país no son así, ¿no?

sábado, 13 de marzo de 2010

La Iglesia y la ley del Aborto



El otro día, más concretamente, el día 7 de marzo, tuvo lugar otra, pues no es la primera y seguramente tampoco la última, manifestación en contra de la nueva Ley del Aborto que entrará en vigor el 5 de julio. Esta ley permitirá abortar a menores de 16 años sin el permiso de sus padres, si conseguir este permiso puede traer consecuencias a la joven. No quiero debatir sobre las repercusiones de la “multitudinaria” manifestación ni si estoy en contra o a favor de esta ley pues no sabría explicarme. Mis motivos son diferentes.

En una de las numerosas manifestaciones, no recuerdo si alguien o más bien una pancarta dijo o tenía una frase semejante a esta:”La Ley del Aborto que se ha publicado en el BOE (Boletín Oficial del Estado), es la arma de destrucción masiva del siglo XXI”. Esta afirmación por un lado me asustó pues EEUU tenía un pretexto para invadirnos. Ya invadió Irak sin haber armas, nosotros ya las tenemos. Pero dejando a un lado mis temores, me puse a investigar los motivos que tenía la Iglesia para estar en contra del aborto y me encontré con numerosas afirmaciones donde se comparaba al aborto con: asesinato, infanticidio, asesinato de Dios, crimen abominable, mata paz en el mundo… Desde luego, tras mis investigaciones me di cuenta, que habíamos promulgado una ley semejante a la pena de muerte.

Pero más tarde, leí detenidamente algún que otro artículo sobre el aborto y el procedimiento como tal y lo vi más como lo que es: un procedimiento quirúrgico. El aborto es un proceso, para todos aquellos que no lo sepan o se hayan dejado guiar por voces sectarias, que consiste en extraer el embrión o feto para acabar así con su desarrollo. Por tanto, no me pareció ningún asesinato u homicidio, pues el feto, aún no puede considerarse persona al no estar completamente desarrollado ni nada.

Entonces, si no es más que un procedimiento quirúrgico, ¿por qué es tan polémico? ¿Por qué se opone la Iglesia tan rotundamente? ¿no es beneficioso para todo el mundo?

Antiguamente, los romanos no lo consideraban asesinato, ni siquiera en la Biblia aparecía como un acto como tal. En el Antiguo testamento no se encuentra ninguna prohibición contra el aborto voluntario. Ya más tarde, cuando empezó a evolucionar como religión, ya empezó a cambiar todo hasta llegar a frases como las de hoy en día, que lo comparan con un arma de destrucción masiva. Entonces, la Iglesia podía haber aconsejado a los americanos que en vez de desarrollar las bombas atómicas que lanzó a Hiroshima y Nagasaki que implantarán una ley del aborto. Lo que yo me pregunto es, ¿para la Iglesia es lo mismo extirpar un simple feto que matar a 220.000 personas y herir y traumatizar a otras tantas para toda la vida? Si así fuera, yo no veo que realizaran tantas manifestaciones el día que se produjo tal explosión. Como tampoco se realizaron tantas manifestaciones cuando EEUU bombardeo Yugoslavia, Irak o Afganistán matando a miles de civiles.

Además, el aborto es una solución para aquellas madres que están embarazadas de un niño con algún tipo de problema que podría poner en peligro su vida o su hijo haya nacido en circunstancias indeseadas (violación). Entonces, ¿estas madres deben arruinarse la vida, simplemente porque la Iglesia lo considera un asesinato? Echándole otro vistazo al pasado, la Iglesia permitía estos nacimientos, es cierto, pero con trágicas consecuencias para los hijos. Estos hijos con problemas de salud o nacidos por un accidente eran encerrados en casa y a veces tratados como animales. Y esto ocurría normalmente, salvo que fueras de clase alta como es el caso de Carlos II El hechizado.

Hoy en día, hasta se aprovecha el feto extirpado gracias a las células madre. Pues este es útil para investigaciones sobre tratamientos de enfermedades como el ELA o el parkinson. Obviamente, también se opone a esto la Santa Sede. Entonces, ¿la Iglesia impide el progreso?