lunes, 2 de mayo de 2011

Osama Bin Laden, ¿ha muerto?




Siempre hay que tener pruebas antes de afirmar algo. No hay más que mirar gran parte de los experimentos científicos, para comprobar que detrás de cada afirmación se llevan a cabo pruebas experimentales. Desde Arquímedes, pasando por Galileo, hasta llegar a Einstein todos, afirmaban sus teorías después de realizar muchos ensayos.

Pero esto no es exclusivo del campo científico. En todos los juicios se necesitan evidencias para acusar de culpable a alguien. Si vamos de caza, necesitamos traer con nosotros una fotografía o el cuerpo de nuestra víctima. Esto también llega al ámbito militar donde, en muchas misiones, se necesita confirmar que se ha conseguido el objetivo.

Ayer a las 22:30 hora americana, el presidente Barak Obama anunció que habían matado a Osama Bin Laden, en una misión llevada a cabo por su ejército en Pakistán. Se acababa así con la vida de la persona que más daño les había hecho. Tras 10 años y dos guerras, se puso punto y final a la caza del líder de Al- Qaeda. Muchos no nos creíamos, que fuera posible que, de la noche a la mañana, Bin Laden estuviera muerto. Entonces empezó un tsunami de información sobre la misión: duró 40 minutos y tenían como objetivo matar a Bin Laden. Después de asesinarlo, de un tiro en la cabeza, se confirmó su identidad y se tiró al mar. Pero de toda la información que nos llegó, ninguna era la esperada imagen que demostrara que Osama estuviera muerto, simplemente nos teníamos que fiar de la palabra del presidente americano, algo de lo que soy muy escéptico después de observar que muchos presidentes de EEUU, prodigaban la paz por un lado y por otro bombardeaban inocentes, ya fuera en Yugoslavia o Irak.

Sobre todo, lo que más me extrañó, es que se tirara su cadáver al mar, antes de confirmar que era el líder de Al-Qaeda, pues no se obtendrán los resultados de las pruebas de ADN hasta dentro de varios días. Los americanos se justifican diciendo que ningún país querría el cadáver de Bin Laden para darle sepultura, como establece el Islam.

A la hora de analizar la misión tanto por su objetivo primario como por su desenlace, se justifica por un simple sentimiento: el odio. Pues la misión, no era capturar a Bin Laden, sino matarlo, así lo confirmó un miembro del gobierno americano. A parte de los problemas que podría haber, para juzgarlo, no hay americano que no quisiera a Bin Laden muerto. El atentado de las Torres Gemelas, dejó muy tocado al país norteamericano, además de la elevada cantidad de víctimas. Por otro lado, también dinamitó la popularidad del presidente Bush, que después se inmoló tras dos guerras, sobre todo la de Irak y las famosas armas de destrucción masiva que nunca aparecieron. El pueblo americano pedía venganza y a cualquier precio. Poco les importaban las bajas civiles o propias. Todo valía con tal de matar al culpable de tanto dolor. Y ayer, tras 10 años, logró la tan esperada venganza. Tras matar a Bin Laden, EEUU recuperó el honor que había perdido tras el ataque al World Trade Center.

Tal era el desprecio que sentían por Bin Laden, que no merecía ser enterrado como marcaba su religión, sino que era mejor tirarlo al mar, donde pronto se olvidarían de él. Aunque también, si no era el verdadero Osama Bin Laden, nadie podría demostrar lo contrario.

1 comentario:

Portinari dijo...

Lo que yo me pregunto, exactamente lo mismo :s

Artículo guay.