
El otro día estuve mirando mis apuntes de historia de hace unos años, en concreto los relacionados con la España de los siglos XV en adelante. Por aquellos años, la Iglesia se encontraba en el poder y toda ley, batalla o viaje que se quisiera realizar tendría que ser aprobado por ellos. Esto no solo ocurría aquí, sino en gran parte de la Europa.
Más tarde, surgieron los movimientos reformistas, el erasmismo y el luteranismo. La Iglesia se vio en la necesidad de combatirlos, ya que eran vistos como una plaga. Se celebró la Contrarreforma para paliarlos y, al igual que la vacuna contra gripe A empezó a surgir efecto. Pero el virus debió mutar o quizás la vacuna no era eficiente porque derivó en numerosas guerras. Pero digamos que la Iglesia se vio en la necesidad de renovarse.
Hoy en día, por todos es sabido que la Iglesia no está pasando por su mejor momento. Con el paso de los años, cada vez hay menos gente católica ya sea porque son ateos, se ven atraídos por otras religiones o fundan su propia secta. Hace unos años, allá por el mes de marzo del 2008, el actual Papa Benedicto XVI, vio que la Iglesia debía actualizarse y luchar contra los peligros que la atacaban, al igual que se había hecho en los años de la Contrarreforma. Una de sus medidas fue ampliar los 10 mandamientos.
Por tanto, ahora la Iglesia tendría los 10 mandamientos que ya todos sabemos, aunque no se sea cristiano:
1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2. No tomarás el nombre de Dios en vano.
3. Santificarás las fiestas.
4. Honrarás a tu padre y a tu madre.
5. No matarás.
6. No cometerás actos impuros.
7. No robarás.
8. No dirás falso testimonio ni mentiras.
9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10. No codiciarás los bienes ajenos.
Más los añadidos por el Papa y que infringirlos conllevaría ser una oveja descarriada:
11. No consumirás drogas
12. No acumularás excesivas riquezas
13. No dañarás el medio ambiente
14. No realizarás experimentos genéticos dudosos
Con estos mandamientos, la gente que quisiera ser un buen cristiano e ir al “cielo”, debería cumplirlos al pie de la letra. Pero, si uno se para a razonar sobre ellos, la Iglesia, incluido Benedicto a la cabeza, nos darían la bienvenida al infierno.
Aunque estos mandamientos, es cierto que atacan a la ciencia y a aquellas personas que solo buscan el bienestar económico sobre todas las cosas, como la familia Bush, también atacan a la propia Iglesia. Esto se debe a que posee gran parte del oro que se encuentra en el mundo. Ya sea en Iglesias, estatuas… Es más, la Ciudad del Vaticano, ese “país” que tiene la extensión de un barrio, es uno de los más ricos del mundo. Por tanto, este mandamiento sería como tirar piedras contra su propio tejado. ¿Y estas riquezas no son vistas como excesivas, siendo solamente meras ornamentaciones? ¿No sería mejor repartirlas entre los más desfavorecidos en vez de atarse a una religión que no los va a sacar de las penurias simplemente rezando?
En cuanto a los antiguos mandamientos, los 1, 6, 8 y 9, son infringidos por la Iglesia continuamente, con un acto que, por desgracia, esta de actualidad casi todas las semanas: la pederastia. Hace poco salió que el mismísimo Benedicto, había ocultado, doscientos casos de abusos a menores en Estados Unidos. Eso no es lo que se dice, amar a Dios por encima de todas las cosas, además de ser actos impurísimos.
En los años anteriores a la Contrarreforma, esto no ocurría muy a menudo. Ello se debía a que los curas, podían tener su propia familia y sus hijos. Pero con la llegada de la Contrarreforma, esto se prohibió, pues debían dedicar su vida entera a Dios. Todo fuera para evitar la proliferación de los movimientos protestantes.
Actualmente, tenemos a curas y sacerdotes saciendo su apetito sexual con los pobres niños que hay a su alrededor, simplemente, porque la Iglesia, en un tiempo atrás quiso luchar contra unos movimientos que simplemente, querían actualizar a una Iglesia, que todavía hoy en día sigue anticuada. Así que, ellos mismos han creado a la polilla demoníaca que está carcomiendo la Iglesia.
En definitiva, que si la Iglesia quiere un consejo yo se lo daré: vayan a la tienda de discos más cercana, y se compren el disco “Highway to Hell” de AC/DC, pues les amenizará el viaje de camino al infierno.