sábado, 3 de abril de 2010
"It' s a kind of magic"
Esta era una de las frases que más se repitieron en el París de finales del siglo XIX, tras ver una proyección de imágenes. Los hermanos Lumière habían causado el pánico con su nuevo invento: el cinematógrafo. Con “Llegada de un tren a la estación”, muchos invitados de la primera fila se tiraron al suelo creyendo que iban a ser arroyados por un tren. Sin embargo, por muy real que parecieran las imágenes, todo era una mera ilusión, unas imágenes en movimiento, nada más. Aún así, era impresionante.
Entre estos invitados se encontraba George Méliès que, impresionado por las imágenes quiso comprarles el invento a los hermanos. Ellos se negaron en rotundo, además de aconsejarle que ese aparato no era más que un experimento científico, que era imposible darle algún uso. Méliès empeñado en conseguir aquel aparato mágico, construyó uno propio. Por el abril de aquellos años, comenzó a proyectar sus primeras películas y pronto empezó a investigar y evolucionar aquel “cine primitivo”: apariciones y desapariciones mágicas, doble impresiones, travellings, continuidad narrativa... El cineasta francés pronto se convirtió en un pionero del cine. Los hermanos Lumière no daban crédito a lo que estaba sucediendo. Aquello no era ya un simple experimento, se estaba convirtiendo poco a poco en algo diferente: un arte.
Intentó llevar sus avances y películas a Estados Unidos, pero allí el sistema cinematográfico estaba corrompido por una auténtica mafia, con Edison a la cabeza. Explotaron sus innovaciones, pero sin darle ninguna compensación económica. Con la Primera Guerra Mundial, el negocio de Méliès se vio afectado, teniendo que abandonar toda actividad relacionada con el cine. Así acabó el sueño de un hombre que quiso hacer de una mera sucesión de imágenes una realidad.
Actualmente, tenemos todo tipo de películas y con multitud de innovaciones cada una. Y aunque algunas parezcan que se repiten y que solo se centran en los efectos especiales o en el apartado artístico sin introducir ningún elemento nuevo y revolucionario, evolucionan poco a poco a este séptimo arte. Este cine que, por allá en sus inicios no era más que considerado un simple experimento científico por unos y una brujería por otros.
Como han cambiado las cosas, ¿no? Casi como por arte de magia…
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